Esta minuciosa planificación permite usar un método narrativo convencional a través de la alternancia de planos generales, con otros cercanos, planteando los diálogos en plano contraplano, a veces entre una persona y una pantalla, en la que se va desarrollando un argumento poco usual, donde juega un papel esencial ese espacio singular, sin paramentos verticales que lo divida y al mismo tiempo diverso y separado por sus superficies a distintos niveles que definen sus distintas funciones, un ámbito arquitectónico que por su configuración, uso y materiales, puede rememorar a un panteón construido para habitarlo, pero también como representación del pensamiento propio de una persona singular.
